lunes, 11 de julio de 2011

Analía Roth Neifert. El Cuerpo Que Define Al Mundo.

Pinturas, instalaciones y acciones de Analía Roth Neifert

Comencemos por observar un cuerpo humano, su tamaño, su peso, su capacidad de moverse, de trasladarse, de ocupar distintos puntos en el espacio. Un cuerpo que es capaz de relacionarse con su medio, frena ante un objeto sólido que se le interpone, cambia de dirección para esquivarlo, se derrumba en una flexión de articulaciones y experimenta la solidez de la tierra. De un salto se pone de pie y se estira, asciende al dominio del aire.
Somos capaces de notar estos movimientos, calcular estas trayectorias, porque en cada una de estas detenciones o instantes donde culmina un gesto, logramos medir la posición de ese cuerpo con respecto a un paisaje referencial. Una serie de coordenadas cartesianas nos darían un mapa de ese recorrido en el espacio. Una serie de adjetivos nos daría la secuencia de actitudes adoptadas.

Supongamos ahora que ese cuerpo está ausente, la acción ha cesado. Ya no encontramos músculos que se mueven, sino, nos queda el entorno, todavía latiendo como un halo o un resplandor, consecuencia de aquella vitalidad.
Quien no hubiera presenciado la danza, se encontraría súbitamente con los indicios de un universo trastocado, efectos de una causa, ecos de una vibración.
Un desparramo de pistas aparentemente inconexas, claves de un enigma invitando a descifrar sus códigos para reconstruir el camino hacia el origen.

Tal es el desafío ante la obra de Analía Roth Neifert.
El caótico cosmos ante el que nos encontramos ¿pudo haber sido tejido por un hábil demiurgo?
¿Puede el tamaño de esta huella asociarse con una acción humana?
Pinturas sobre telas que duplican el tamaño de la superficie del cuarto en el que fueron pintadas.
¿Puede la energía del grafismo, la salpicadura y el empaste ser la huella de una mujer?
¿Se puede dar un orden a un caos de semejantes dimensiones?
¿Es imposible?
Aquí se esconde la verdad que emana de esta obra.
Esta mujer ha logrado lo imposible.
Pone a la vista lo que permanecía oculto.
Nos queda la evidencia de que la naturaleza humana se desborda, rompe sus propios frágiles límites y se expande hasta hacer del cosmos infinito una representación de la interioridad que grita desaforadamente la evidencia de una conciencia que se afirma en la vida.
Así, todo lo que rodea desde afuera, lo circundante que solemos llamar realidad, lo incluido y lo excluido de la trama social; amanece tocado por el misterio y queda interpelado por este arte que exige por resonancia, que lo mundano también emita su grito.

Luis Espinosa

Publicado en ramonaweb en marzo de 2008, www.ramona.org.ar y en el catálogo sobre la muestra Circunvalaciones, de Analía Roth Neifert en Centro Cultural Estación de Ferrocarril, Trenque Lauquen,
del 19 de marzo al 6 de abril de 2008. http://ramona.org.ar/node/19844

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