lunes, 11 de julio de 2011

Alejandra Winkhaus. El Secreto.

La xilografía permite reducir la realidad visible a dos componentes, (aunque pueda ser elaborada con distintos grados de complejidad), el secreto radica en su código binario.
El primer componente, positivo, es el plano negro (o de color), la generación de una forma como impronta, como huella.
El segundo componente es el vacío, representado por el mismo papel en el que se estampa. Esas formas "no hechas" son el resultado del espacio libre que queda entre dos o más zonas entintadas. Lo que está y lo que no está configuran en esta técnica gráfica, una potencial metáfora del mundo como un todo: suma de opuestos interpenetrados.

El xilógrafo es un creador de vacíos. La técnica exige que todo en su percepción esté al revés, la imagen que construye aparecerá invertida lateralmente en la impresión, lo que desbasta serán luego los vacíos, los blancos; y aquello que no toca ni modifica en la superficie de la tabla, serán, en la estampa, los trazos configuradores de la imagen.
Lo que se plantea como desafío al artista es cómo se utilizarán estos mínimos recursos para ser articulados en una sintaxis.

Así, en los grabados de Alejandra Winkhaus encontraremos como constante la aparición de un horizonte que delimita dos campos, uno dominado por el claro, otro por el oscuro.
En ellos, a través de ellos o traspasándolos, líneas de crecimiento orgánico se irán entrelazando y sosteniéndose, tanteando la imagen desde el contraste.
Sospechamos una intención figurativa en que casi se hacen visibles los objetos del mundo, pero de tal forma que no llegan a entregarse por completo, o se esconden, o nos revelan sólo una faz sintética que delata, en su manifestación plástica, una estructura subyacente, común a todos los seres. Y si es el molino o el paisaje o el mar o el insecto, esconden tanto de sí mismos, de su múltiple apariencia, que no llegamos a reconocerlos como tales en la primera mirada. Pero tampoco importa, porque lo que se nos da de ellos es mucho más profundo y vital. Esta obra demuestra que hay una sustancia transversal en lo que existe. Que aquí puede llamarse aspa, allá palmera o miembro de locomoción del arácnido. Introspección o ancla o armazón o velamen, arboleda, sístole, diástole. Toda presencia y detrás su secreto.
Secreto del mundo que es en definitiva el secreto del Hombre. El lenguaje.
Lo que se patentiza, lo que queda oculto.




Luis Espinosa
mayo 2008

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